Por: Eduardo Rivera S.
CEO de Global Media Investment
La próxima semana tomará posesión Donald Trump, un tema que ha traído consigo un cúmulo de especulaciones sobre el impacto que su regreso a la Casa Blanca tendrá en las relaciones comerciales y diplomáticas entre México y Estados Unidos. Como empresario que ha seguido de cerca las dinámicas económicas y tecnológicas entre ambos países, no puedo evitar reflexionar sobre cómo esta nueva etapa podría influir en el turismo mexicano, uno de los sectores más resilientes y estratégicos de nuestra economía.
Estados Unidos es, sin duda, nuestro mayor mercado emisor de turistas. Durante 2024, más de diez millones de visitantes estadounidenses eligieron México como su destino, generando una derrama económica crucial para estados como Quintana Roo, Baja California Sur y Jalisco. Sin embargo, en el primer mandato de Trump, vimos cómo sus políticas migratorias y su retórica afectaron tanto la percepción como las dinámicas de viaje entre ambos países. Hoy, estas lecciones del pasado deben motivarnos a tomar medidas estratégicas para proteger y diversificar nuestras fuentes de ingreso turístico.
La necesidad de una estrategia diversificada
Desde mi experiencia al frente de Global Media Investment, considero que el turismo en México debe priorizar dos acciones fundamentales: diversificación de mercados emisores e inversión en tecnología. Mientras que el regreso de Trump podría reactivar tensiones en la relación bilateral, también es cierto que existen mercados en Europa, Asia y América Latina que tienen un potencial inexplorado. Países como China y Brasil, por ejemplo, están mostrando un interés creciente en destinos mexicanos gracias a sus conexiones culturales y a los atractivos turísticos de alto nivel que ofrecemos.
Adicionalmente, creo que la tecnología jugará un papel central en esta transición. Herramientas como la inteligencia artificial generativa y los gemelos digitales, de las que ya he hablado en esta columna, no solo optimizan las operaciones turísticas, sino que también permiten personalizar la experiencia del viajero. En Global Media Investment hemos visto cómo estas soluciones pueden anticipar necesidades y ofrecer recomendaciones en tiempo real, elevando la satisfacción de los turistas y generando lealtad hacia los destinos.
El turismo interno como prioridad
Un área que merece mayor atención es el turismo interno. México cuenta con un mercado doméstico robusto, pero muchas veces subestimado. En contextos de incertidumbre internacional, fomentar el turismo local no solo estabiliza los ingresos del sector, sino que también promueve un mayor conocimiento y orgullo por nuestra diversidad cultural. He sido testigo de cómo campañas bien dirigidas, apoyadas en análisis de datos y estrategias digitales, pueden revitalizar destinos menos conocidos y distribuir de manera más equitativa los beneficios económicos del turismo.
Asimismo, hago hincapié en que el trabajo conjunto entre los sectores público y privado es vital para que el turismo crezca de manera sostenida y perdurable. Ya la secretaria Josefina Rodríguez Zamora ha externado también sus intenciones al respecto.
Un balance entre desafíos y oportunidades
Aunque el proteccionismo y las políticas restrictivas han sido sellos de la administración Trump, también es cierto que su enfoque en el fortalecimiento económico podría abrir nuevas oportunidades para la inversión en infraestructura turística y tecnológica en México. Según un análisis reciente, multimillonarios estadounidenses están viendo en México un destino ideal para proyectos de lujo y sustentabilidad, especialmente en el Caribe y la Riviera Nayarit. Este interés podría traducirse en alianzas estratégicas que fortalezcan la competitividad del sector.
Por otro lado, el impacto de las políticas migratorias y comerciales no puede ser ignorado. Si bien estas medidas podrían dificultar el flujo de visitantes, también representan una oportunidad para que México se posicione como un destino seguro, accesible y altamente atractivo para los mercados emergentes. Tal como señala un análisis de la BBC, el contexto internacional actual obliga a las naciones a redoblar esfuerzos en diplomacia y colaboración para mantener el flujo turístico.
El papel del liderazgo empresarial
Desde mi posición, estoy convencido de que el sector privado tiene una responsabilidad de suma importancia en esta coyuntura. Empresas como la nuestra deben liderar con innovación, ética y visión estratégica para fortalecer el turismo mexicano frente a los desafíos externos. Esto implica trabajar de la mano con gobiernos locales y nacionales para garantizar que las inversiones en tecnología, infraestructura y promoción tengan un impacto duradero y sostenible.
El turismo siempre ha sido una puerta de entrada para fortalecer la relación entre México y el mundo. Si bien el regreso de Trump puede parecer un obstáculo para algunos, yo lo veo como un recordatorio de que la resiliencia y la capacidad de adaptación son los motores de nuestro éxito. Ahora más que nunca, debemos ser audaces, innovadores y estratégicos para garantizar que México no solo mantenga su posición como un destino líder, sino que la fortalezca en el escenario global.
Este 2025 nos presenta retos, pero también oportunidades únicas. Es momento de actuar con propósito y determinación. El futuro del turismo en México está en nuestras manos y estoy convencido de que juntos podemos llevarlo a nuevas alturas.
