El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento para México, proyectando un crecimiento del 1.5% para 2024, una cifra significativamente menor que el 2.2% previsto en julio. Además, para 2025, el pronóstico ha sido ajustado a un 1.3%, tres décimas menos de lo que se anticipaba anteriormente.
Razones detrás de la desaceleración
En su más reciente informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO, por sus siglas en inglés), el FMI señala que la economía mexicana se encuentra en una fase de desaceleración, a pesar de las políticas fiscales expansivas implementadas. Esta situación, explica la entidad, responde en parte a las limitaciones en la capacidad productiva del país y a una política monetaria restrictiva que ha afectado la actividad económica.
Este ajuste en las previsiones llega después de una misión del FMI en México, llevada a cabo como parte de su evaluación regular de las economías que califican para préstamos. En este contexto, el organismo destacó que, aunque la inflación general podría alcanzar la meta del Banco de México del 3% para 2025, se espera que en 2024 la tasa de inflación se sitúe en un 4.5%.
Riesgos a la baja para el crecimiento económico
El FMI también advirtió sobre los riesgos que enfrenta México para alcanzar sus metas de crecimiento económico, señalando que una desaceleración más pronunciada de lo previsto en Estados Unidos, así como un aumento en la aversión global al riesgo, podrían afectar el desempeño del país. Además, mencionó que las reformas institucionales recientes en México podrían generar efectos imprevistos que impacten el crecimiento.
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Ante este escenario, el FMI recomendó al gobierno de Claudia Sheinbaum, que asumió el poder el pasado 1 de octubre, la implementación de una estrategia fiscal a medio plazo. Esta medida permitiría reducir el déficit y la deuda, incrementar los ingresos tributarios y crear margen para mayores inversiones en capital humano y físico.
También se sugirió aprovechar el fenómeno del “nearshoring” o relocalización de cadenas de valor, que podría beneficiar a la economía mexicana a través de la atracción de nuevas inversiones.
Incertidumbre sobre las reformas judiciales
No obstante, el FMI expresó su preocupación por las reformas judiciales recientes, que incluyen la elección popular de jueces y magistrados de la Suprema Corte a partir de 2025. Según el organismo, estas modificaciones generan incertidumbre sobre la eficacia del cumplimiento de contratos y la estabilidad del Estado de Derecho en el país, lo que podría afectar la confianza de los inversionistas.