La entrada del gasoducto a Puerto Chiapas promete una solución para los grandes obstáculos que se tiene para la instalación de compañías en la región: la falta de gas natural. Este elemento es esencial para las operaciones de la mayor parte de las industrias establecidas y su carencia ha estado parando el interés de los inversionistas, pese a que la ubicación es privilegiada. Con este plan, la frontera sur se va a proyectar como punto importante para sectores como el energético y el manufacturero.
Eduardo Ramírez Aguilar, gobernador de Chiapas, resaltó que el gasoducto puede transformar la economía de la región. Al colaborar con legisladores y empresarios, busca situar a Puerto Chiapas como centro de desarrollo económico, no solo enfocándose en el gasoducto, también en organizar una estrategia que integre la infraestructura, el comercio internacional y la logística.
Enlazando al Tren Transístmico con el gasoducto
El Tren Transístmico va a ser un elemento decisivo para el puerto, ofreciendo ventajas como mayor seguridad en los bloqueos carreteros que están afectando a la zona y menores costos de traslado. La conexión del tren con el puerto simplificará el comercio con Sudamérica y Centroamérica, reforzando la región como un corredor comercial opcional al norte del país.
Su proximidad con Sudamérica y Centroamérica abre las puertas a mercados con menos saturación que Europa y Estados Unidos. Inversionistas han manifestado interés para exportar a estos países, ya que la demanda de productos mexicanos ha incrementado. Puerto Chiapas, con estos dos proyectos, se convertirá en el puente natural para las transacciones, lo que ampliará el horizonte comercial de todo el estado.
Con estos proyectos, Puerto Chiapas va a convertirse en un motor económico del sur del país, estimulando el comercio internacional y atrayendo inversiones.
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