La implementación de nuevas tecnologías en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha generado debate, especialmente en relación con el uso de la inteligencia artificial para la fiscalización y las posibles implicaciones en cuanto a la seguridad de la información personal. El principal temor es que, al emplear estas herramientas avanzadas, los datos privados puedan estar en riesgo, algo que ha sido destacado por el contador público fiscalista Néstor Gabriel López.
La reciente creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones por parte de la actual administración es parte de estos cambios, que apuntan a modernizar los procesos de fiscalización en el país.
Áreas clave
El SAT ha delineado su plan para 2024, el cual incluye la aplicación de la inteligencia artificial en 12 sectores estratégicos con el objetivo de establecer modelos de riesgo, clasificar a los contribuyentes según ciertos criterios y detectar posibles casos de evasión fiscal.
No obstante, se han planteado dudas sobre la fiabilidad de la protección de los datos almacenados en plataformas digitales, y si estos podrían ser vulnerados o utilizados de manera indebida.
El especialista también mencionó que, aunque la inteligencia artificial puede ser una herramienta valiosa, debe garantizarse su uso bajo estrictas normativas de protección de datos.
Protección de datos
La legislación mexicana exige que las entidades públicas mantengan una protección adecuada de la información personal, y esto abarca todos los niveles de la administración. A pesar de ello, persisten preocupaciones sobre la seguridad de los datos, especialmente en lo que respecta a la información fiscal.
En teoría, los datos fiscales están protegidos de ser divulgados por cualquier autoridad, incluidas las instituciones bancarias, a menos que sean solicitados para fines fiscales específicos. Sin embargo, algunos procedimientos legales permiten a las autoridades utilizar cualquier tipo de información siempre que sea para propósitos fiscales.